Rotondas

Conducir de noche, contigo al lado... es uno de mis placeres..

Esa noche, circulando a la altura del Cuartel de Transmisiones solo te quedaban las braguitas y los tacones...  y yo trataba de mantener la vista al frente mientras tus dedos recorrían libidinosos la tersura de tus otros labios..... Acerqué mi mano a la tuya... mis dedos podían sentir arder tu coñito al otro lado del tejido... La primera rotonda casi le recorto por el centro al escuchar tus primeros gemidos..... de la segunda casi me salgo por el exterior al notar tus caderas acompasarse a mis caricias....  

Realmente no recuerdo como tracé la tercera ni la cuarta (hubo cuarta?).... solo que, después de ladear tu tanga... mis dedos se empaparon de ti y comenzaron a jugar

- Por favor..... no pares.... ahora no...  no pares nunca.

Con los ojos cerrados sujetaste mi muñeca para hundir mis dedos en ti, en el mar de tu lujuria.... mientras tus gemidos bailaban con el sonido de la trompeta del deshauciado Chet Baker 

La noche en este monte es de todo menos cerrada y oscura... en cada rincón, en cada recodo..... cristales llenos de vaho... puertas abiertas... piernas abiertas... Aparcar aqui es unirse a una especie de akelarre de sexo impúdico....

Distinguí un árbol vacío y aparqué debajo... y mi lengua invadió tu boca (hay días que necesito besarte mucho mas que beber). Saltaste para sentarte atrás y me ofreciste la visión (nocturna) de tu magnifico culo y te regalé un sonoro azote. Emitiste un ahogado gemido que te hizo enloquecer buscando bajo mi bóxer y en el mismo instante en que tu lengua comenzaba a recorrerme, dos nuevos azotes te dieron las gracias.... y te pidieron tu garganta, y te pidieron hasta el fondo sin necesidad de pedirlo....

Oir tus gemidos ahogados porque mi polla llena tu boca mientras te azoto me provoca siempre una enorme excitación..... lo que origina que llene aun mas el fondo de tu garganta... es un juego exponencial, a cada azote, te esfuerzas por hundirme mas en ti... y cuanto mas me tragas... mas te azoto....

Inundé tu boca con un yo espeso y caliente que manaba a empellones y que apenas podías beber. 

El silencio de la noche volvió a adueñarse de ese campo perdido, de mi coche, del asiento de atras.... La noche olía a sexo: al mio, y aun resbalaba por tu mejilla, por tu cuello, por tu escote.... 

Te besé y me bese en tu boca, espeso, dulce y cálido...... Aun era pronto y aun tenia mas yo para hacerte mia de nuevo

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