El Principe de Cenicienta

(...) El principe, cansado de que sus emisarios recorrieran el pequeño pais y no encontraran a su hermosa pareja de baile, decidió buscarla por si mismo.

Cogiendo el zapato perdido, recorrió pueblos y ciudades solicitando a todas las bellas damas que encontraba que le permitiesen descalzarlas... En la soledad de una estancia, solicitaba a la dama que se sentara, y tras arrodillarse ante ella, cogia con delicadeza su pie derecho, lo admiraba lentamente y lo descalzaba... con un gesto inocente acariciada la piel caliente como preparándola ante el contacto con aquel frio zapato de cristal que portaba...

Poco a poco, la busqueda se convirtió en el fin y no en la finalidad... una deseada actividad...

El Principe desdeñó la intencion de encontrar a aquella huidizad dama y sustituyó su empeño inicial: ahora anhelaba compartir unos instantes en soledad con las desconocidas damas que encontraba, sentarlas, solicitar sus frágiles pies calzos.... inspeccionar el cuero, su confección... cogerlo entre sus manos y desnudarlo suavemente... tomarlo entre sus manos, acariciarlo, estrecharlo, contar uno a uno sus pequeños dedos, recorrer las venas que lo cruzan, circundar el tobillo, deslizar las llemas de los dedos por la planta....

Era tal la nueva necesidad nacida en el Principe que, arrojando a un viejo pozo aquel frio zapato de cristal, solicitó a su artesano de confianza, la elaboración de un hermoso zapato forrado de seda... pero cuya reducida talla fuera imposible de calzar a dama alguna y le permitiera continuar eternamente la busqueda....

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El enigma decidirá compartir la soledad con el Principe.. porque su pequeño pié entrará en el zapato de seda, y el principe calzará su delicado pie.

bon dia.
Anónimo ha dicho que…
Saludos!!
Mabel

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