Siesta...
Desde pequeño, recuerdo como todos los veranos mis tios vascos enviaban a su hija, mi prima, a disfrutar del calido mes de Agosto en la meseta castellana. Desde pequeñó odié la llegada a casa de la prima Ainara y los cambios que ello suponía en la sosegada rutina de mis vacaciones.
Para empezar ocupaba mi habitación (mis padres siempre me inculcaron el "respeto y la entrega" al prójimo que ostantara el cargo de "invitado" en nuestro hogar), mi lugar en la mesa, mi sillón, la atencion de mis padres.... En definitiva me constitía en "principe destronado" a tiempo parcial (solo veranos). Para mas inri, me tocaba congraciarme y dejarme acompañar por aquella mocosa que tenia miedo de los paseos nocturnos por el campo cazando luciernagas, de jugar desnudos en el rio, de perseguir ardillas... Estas visitas fueron un verdadero "mobing" para mi hasta que llegó, no el verano, sino la tan temida por mi madre "adolescencia".
Yó no me enteré de su llegada, tan solo porque mis pantalones solian hincharse con insolente asiduidad, del mismo modo que mi mal-humor. Para colmo Ainara amenazaba con regresar tambien aquel verano.... pero no tambien. Era ella, o quizas no... Mi prima surgió del autobus como una aparición... Despues de 7 horas sentada, sudorosa... me abrazó deshinibida estrechando sus nuevas formas contra mi.... embriagandome de un enigmático aroma que convulsionó mi sistema circulatorio y que empeñó en amontonarse todo el en mi adolescente entrepierna. Ainara, sonrió picaramente:
- Vaya con mi primito "cuanto ha crecido todo el".
Ese verano, compartir cada hora con ella se convirtió en un objetivo, en una obsesión. Si a ella no le gustaba hacer ondas con las piedras en el rio, pues ni rio ni piedras... y pasábamos las mañanas leyendo en la piscina. Nada de futbol o estiramientos (y cómo me salian algunos) o jogging nocturno... Pero lo que terminó hacer cautiva mi almar... y a todo mi, fué la costumbre de mi prima de recostarse en la habitación durantes las fatigosas y calurosas tardes. Para ello, Ainara se quedaba con apenas una ligera camiseta, y tumbada sobre la cama, dormitaba tranquila en mi dormitorio.
Aquella tarde, accedí a mi habitación con una escusa... sobre mi cama estaba... tenida y fragil. En silencio me acerque escrutando las formas que la raida camiseta ocultaba levemente. Aproximandome recorrí con cuidado, lentamente, el mapa de sus aromas adolescentes: frutas en el... cuello levemente azmicalado.... axila densa.... espalda tenue.... nalgas de almendras... el dulzon aroma de su sexo... a partir de ese punto (y cada dia que regresé a repetir la singladura) cogía mi sexo y, escondiendome tras la cortina de lino, aliviaba la lujuria acumulada entre mis manos.
Al cabo de unos dias, preocupado porque la asiduidad de mis visitas podia levantar sospechas, me juramenté en no acudir a diario para evitar ser descubierto en mis lubríficas actividades. Esa tarde la siesta de mi prima duró más de lo habitual, al tanto que mi madre me pidió que fuera a desperezarla.... Obediente acudí y me incliné susurrando: Ainara.... y sin abrir los ojos situó sus dedos junto a mi nariz, húmedos e impregnados del intenso aroma de su sexo. Te he estado esperando, como todas las tardes, para acariciarme mientras lo haces tras la cortina. No me falles mañana.... dejame ahora tu mano para terminar lo que yo he empezado. De la manera mas natural, los dirigió bajo sus braguitas... percibí su vello, y unos labios humedos... y surgiendo entre ellos un pequeño centro...
- Acá es donde tienes que acariciar suavemente... si lo haces bien, yo sabré corresponderte.
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Tardé algunos dias en controlarme (y ser capaz de no derramarme encima mientras acariciaba a mi prima) pero ni que decir tiene, que desde de esa tarde puedo demostrar que ciertas actividades muy placenteras, no solo no son malas para la vista (mis actuales gafas son de lector compulsivo, supongo), sino que entre sus cualidades mas benéficas, está el contribuir al cálido y húmedo entendimiento entre las distintas nacionalidades de españa.
(Ahora entenderan mis queridos lectores/as, que lo mio.. ya viene de jovencito)
(prima, disculpa la confesión.... pero aun me crezco ante ti, 25 años despues)
Comentarios
Me ha gustado leerte, saludos.
(Me parece que te confundiste de nombres, primero hablas de Angélica y luego de Ainara, y así sucesivamente).
Besos!!!
Gracias prima por despertarme tan dulcemente (y tan pronto)
¿Puede ser que el inicio de este post me suene de alguna otra historia similar que hayas escrito, o de alguna obra que no sea tuya? No quisiera con esto ofenderte, es sólo que me han venido recuerdos a otra lectura al empezar a leerte hoy y me he quedado intrigada de la razón.
Por otra parte, quería decirte que, no sé si será mi vista estudiante que hoy está más cansada de lo normal o que a todos les pase y nadie diga nada, pero... leerte me encanta, sólo que a la vez me cansa y me "marea" por el tipo de letra o su color y la delgadez (quizás se solucione poniéndola negrita) sobre el fondo negro... Si lo arreglas....bien!!! Si no....tranquilo, no me perderás como lectora compulsiva tuya, jejejeje ;D
Felicidades y... 30 besos romanos ;P
qué gusto...
tengo otros
pero descubrir el sexo fue una revelación para mi
del cual nunca me curré como tu...
gajes de mi oficio, supongo.
Vaya contigo y con la prima...
Besos (Once)
Gracias por recordar lo que nunca deberíamos olvidar, la inocencia, el deseo y las ansias de liberarnos.