Daniela...


Restringir los sentidos es una táctica de la inteligencia militar para doblegar al oponente.

Dudo que en tu actual situación (mejor sería indicar posición) pueda considerarte oponente: He atado con amarres tus muñecas a tus tobillos y te he situado boca abajo. Una cadena discurre transversalmente por la cama, sujeta a las patas posteriores, y dos eslabones fijan esos amarres a la cadena; los he fijado de tal forma, ni muy separados ni muy juntos, que aun estando cómoda, te impidan cerrar mi visión de ti, de tu sexo ya húmedo… de tu culito estrecho, de tus blancas y rotundas nalgas…

Es el momento de continuar con inteligencia y cegar tus ojos para acrecentar tu sensación de vulnerabilidad, de entrega, de sumisión…

-         -  No seas excesivamente malo conmigo
-  
      Probablemente nuestro umbral de lo excesivo (como de lo placentero o lo doloroso) sea sutilmente distante. 
-     - Pondremos remedio a eso con un código interno… cada vez que sientas algo indícame un número, del 0 al 10; el 0 es que pare inmediatamente que me detenga porque te desagrada; el 10 será justo todo lo contrario. No haré caso a ningún insulto o indicación salvo a tus números.
-         -  Pues me tienes en el 4 cariño. Quizás deberías dejar de hablar de una puta vez.

Un sonoro azote relampagueó el aire antes de impactar en tu culo
-        -   Con respeto Daniela, con respeto.
      - 5, cabrón.... 5
-          
Cegada, atada, sometida e intrigada comencé a preparar mi sesión. Con los ojos cerrados, agudizamos la audición y los sonidos se perciben con mayor nitidez. Oíste la cremallera de mi cartera (o fue de mi pantalón?)… oíste la puerta del aseo (o fue de la habitación?)… oíste mis pasos (o no eran solo míos?)

Con la primera caricia tu cuerpo se contrajo en un espasmo. No lo esperabas. Algo frio pero suave a la vez comenzaba a recorrer tu espalda, con destreza… parecía contar tus vertebras y al llegar al final de la espalda continuó descendiendo por entre tus nalgas, ejerciendo la presión justa para entreabrirlas pero sin resultar agresivo…
-        - Cabrón del 6…. Pero que cojones es? O quién? Hay alguien contigo?

La caricia se detuvo, desapareció y un nuevo azote calentó la piel de tu nalga derecha. Era evidente que en tu posición solo pedías disfrutar (o no) de lo que yo te tuviera preparado. La caricia volvió al punto de origen en tu cuello… y nuevamente descendió por la espalda, el tacto rugoso parecía más cálido esta vez pero igualmente de excitante por completamente desconocido y nuevamente descendió por entre tus nalgas, pero esta vez sentiste como se insinuaba en la entrada de tu ano y no pudiste reprimir un ligero estertor. Ahora la caricia continuó entre tus muslos. Sentir la caricia de algo o alguien que no identificabas había empapado por completo tu coñito. Las caricias se hacían más y más audaces y tus caderas comenzaron a moverse, a acompasarse con ellas…
-        -  Me gusta que disfrutes zorrita. Vamos a complicarlo un poco más.

Desapareció cualquier contacto y nuevamente oíste pasos a tu alrededor. Tu olfato te alertó al percibir el inconfundible aroma de fresas del lubricante que solía utilizar para ti.
-        -  Luego te presentaré al pequeño pero travieso Lelo. Ahora él tiene que trabajar para ti. .. y tú para mí.

Y notaste como un pequeño objeto se insinuaba en tu ano y como, a pesar de tu intento de impedirlo, se deslizaba raudo inundando tu interior
-        -  Así cariño no te resistas. Lo disfrutaras mas

Y sin terminar de hablar, el pequeño Lelo comenzó a vibrar suavemente en el interior de tu culo en el mismo instante en el que nuevamente algo acariciaba, jugaba, abría..… quemaba tu coñito, algo que no sabías qué cojones era o quien….
-        - 6…. 7….

Con cada número el pequeño monstruo que habitaba tus entrañas vibraba aún más y más…
-          Y ahora cariño, tu pequeño sacrificio dentro de este plan

Centrada en tu situación, abierta, atada, sometida… no me esperabas desnudo a tu lado y mucho menos que me insinuara lujurioso en tus labios.
-          Hasta el fondo cariño….. enterita
-         - 8…. 9….

Apenas pudiste cantar el nueve con tu boca llena de mí y tu lujuria ahogando la última sílaba en mi polla. Sentía tu garganta quemando y tus labios apenas podían retener la saliva que generaban por mí. El sonido de tu boca apagaba el del vibrador insertado en tu culo. Apenas podías controlarte y, en la medida que los arneses te lo permitían, comenzaste a cabalgarme, a follarme con tu boca hasta el último milímetro mientras te sentías follada por el culo y por tu empapado coño.

Subí al máximo la potencia del vibrador…
-         - 10, 11, 12… 13


Sentí tus convulsiones invadiendo todo tu cuerpo. Incluso pude sentir tus gemidos ahogándose en mi polla y un rio de lava empapando mi mano (que con un guante de cuero negro se ocupó de confundir tus sensaciones) y no pude por más que derramarme en tu boca, generoso, espeso y cálido…


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
me ha encantado.

sigo leyéndote....

saludos,
duir{CF}
https://duircf.blogspot.com.es/
Josep ha dicho que…
Muy bueno, y sobretodo, muy elegante. Me gusta.

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